martes, 20 de enero de 2015

PROUDHON SOSTENÍA QUE LA PROPIEDAD Y LA SOCIEDAD SE RECHAZABAN «RECÍPROCAMENTE»

 

Este lunes se cumplen 150 años de la muerte de este revolucionario. Proudhon integra, al lado de Charles Fourier, Louis Auguste Blanqui y Mijail Bakunin entre otros, una generación cronológicamente revolucionaria
19 enero 2015

El 19 de enero de 1865, murió en la población de Passy, Alta Saboya francesa, el revolucionario Pierre-Joseph Proudhon, hombre de acción y pluma, cuya obra todavía da qué hablar por sus polémicos planteamientos, en lo que se entremezclan nociones socialistas con elementos liberales provenientes de la Ilustración y la Revolución Francesa.

GENERACIÓN ARIETE

Proudhon integra, al lado de Charles Fourier, Louis Auguste Blanqui y Mijail Bakunin entre otros, una generación cronológicamente revolucionaria, cuyos miembros divergían profundamente entre sí, en cuanto a los métodos políticos. Es la generación que hace de ariete entre los socialistas utópicos de finales del siglo XIX, y el socialismo científico preconizado por Carlos Marx desde mediados de la quinta década del siglo XIX. La propuesta proudhoniana y los medios que esta propone emplear para sustituir al capitalismo, carecían, según el marxismo, de la complexión indispensable.

EL PERSONAJE

Uno de sus biógrafos, Edouard Droz, escribe que el padre de Proudhon, fabricante artesanal de cerveza, acostumbraba a colocar por encima del costo de producción, un monto extra que equivalía al tiempo de trabajo para producir la bebida. Cobrar por encima de este criterio le llevaba a pensar que «robaba al comprador». Se trata por tanto de una postura —la referida al «precio justo»— originada en la ética familiar, y que ya adulto, Proudhon escritor, asumirá como postulado político.

En Besanzón, ciudad natal de Proudhon, ya desde la Edad Media, el campesinado y los artesanos desarrollaban de modo sencillo «fórmulas cooperativas, mediante la constitución de fruterías». Y ello dejaría su huella en el pensamiento económico y de organización social de esta mente acuciosa.

«LA PROPIEDAD ES UN ROBO»

En tiempos en que comenzaba a elaborarse en Europa, una alternativa política frente a la sociedad edificada en Europa a partir de la Revolución Industrial y el régimen de producción capitalista,, las cabezas más audaces de la quinta década del siglo XIX, proponían ideas, unas descabelladas, y en otros casos extremadamente moderadas, procurando ofrecer una propuesta socialista que atrajese al proletariado industrial y demás clases desposeídas.

Así, ocho años antes de que Marx y Engels publicasen El Manifiesto Comunista —de tanta influencia en el pensamiento político mundial en lel último siglo y medio—, Proudhon da a conocer su obra ¿Qué es la propiedad?, donde estampa una expresión muy repetida en diversos ámbitos grupales: «La propiedad es un robo». En su visión de la política, la propiedad y al sociedad eran incompatibles, se repelían mutuamente.

Y esta obra mereció grandes elogios del propio Marx, quien cultivó amistad con el revolucionario francés, aunque a la larga cuestionaría su visión. Una idea de perfil claramente socialista de esta obra es la idea de poner «los medios de producción en manos de los trabajadores».

MARX Y LOS PROUDHONIANOS

La visión que tenía Proudhon del Estado era completamente contrapuesta a la del padre del socialismo científico. Marx no planteaba la desaparición inmediata del Estado como exponían los anarquistas, sino su abolición gradual: «Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista, dice éste en Crítica al programa de Gotha media el período de la transformación de la una en la otra. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado». Ya desaparecido Proudhon, el autor de El Capital prosigue su crítica a los seguidores de aquel, quienes gozaban de influencia en el seno de los trabajadores franceses.

Marx objetaba la carencia de rigor científico en el análisis económico de los proudhonianos, quienes desconocían la relación entre mercancía y dinero, capital, crédito y producción de intereses entre otros aspectos; y dificultaban —de acuerdo a Marx— la organización de los trabajadores.

No obstante Marx reconoce méritos en el libro ¿Qué es la propiedad?, así como el coraje de Proudhon al enfrentar a Napoleón III, tras el Golpe de Estado que este dio en la Francia de 1852.

UN DERECHO «ANTISOCIAL»

«Según la declaración de los Derechos del Hombre publicada (…) en 1793, la propiedad es el derecho que tiene todo hombre de disfrutar y disponer a voluntad de sus bienes, de sus rentas, del fruto de su trabajo y de sus industrias (…) es evidente que si los bienes de propiedad particular fuesen bienes sociales, las condiciones serían iguales para todos, y supondría una contradicción decir: ‘la propiedad es el derecho que tiene el hombre de disponer de la manera más absoluta de unos bienes que son sociales’.

»Por consiguiente, si estamos asociados para la libertad, la igualdad y la seguridad, no lo estamos para la propiedad. Luego, si la propiedad es un derecho natural, este derecho natural no es social, sino antisocial. Propiedad y sociedad son conceptos que se rechazan recíprocamente.

»Es tan difícil asociarlos, como unir dos imanes por sus polos semejantes. Por eso, o la sociedad mata a la propiedad o ésta a aquella (…) quién ha investigado jamás elorigen de los derechos de libertad, seguridad e igualdad? Existen por la misma razón que nosotros mismos; nacen, viven y mueren con nosotros. Otra cosa sucede ciertamente con la propiedad (…) Aún hay quienes se oponen a que se investigue su fantástica y quizá escandalosa historia; quieren que se atena uno a la afirmación de que la propiedad es un hecho ‘y como tal ha existido y existirá siempre (…) Cicerón compara la tierra a un amplio teatro (…) El teatro, dice Cicerón, es común a todos; y sin embargo, cada uno llama suyo al lugar que ocupa; lo que equivale a decir que cada sitio se tiene en posesión; no en propiedad. Esta comparación destruye la propiedad y supone por otra parte la igualdad.»

 [Pierre-Joseph Proudhon, ¿Qué es la propiedad? Versión pdf / http://metalmadrid.cnt.es]

T/ Néstor Rivero
F/ Cortesía

martes, 6 de enero de 2015

EL ESTADO CONTRA LA 'ANARQUÍA'


«No me preocupa ETA, quienes, de verdad, me preocupan
son los anarquistas y el Movimiento Libertario.»
RODOLFO MARTÍN VILLA
(ministro de Interior, 1976-79)

    [Después del arresto de varias personas vinculadas al ámbito libertario, en la denominada 'Operación Pandora', una muestra más de la capacidad represiva del Estado contra las organizaciones sociales calificadas de «antisistema» y, por ende, de todo tipo de disidencia política, algo que para nada es nuevo en este país. En el número 62 (año 2001) de nuestra revista, titulado «Gladio, la espada de la contrainsurgencia» se hablaba sobre la Transición y la guerra sucia de esos años. Hay un párrafo que trata sobre «el caso Scala» y la persecución política y mediática que se hizo para desacreditar a la CNT (sindicato que no aceptaba los inefables Pactos de la Moncloa) y al Movimiento Libertario por el entonces ministro Martín Villa (y ahora procesado por la Justicia argentina)...]

«Por otra parte, aquellas fuerzas sociales que no encajaban en este proyecto democrático-burgués fueron marginadas y aún combatidas. Un claro ejemplo, fue y sigue siendo la CNT. La central anarcosindicalista ya había sufrido intentos fallidos de "verticalización" en los años 40 y 50 por parte de las células contrasubversivas del estado franquista (con el coronel San Martín a la cabeza), en complot con elementos colaboracionistas de la organización llamados "cincopuntistas", algunos de los cuales (José Cases, Marcos Nadal) fueron piezas claves en la fundación de la CGT (escisión reformista de la CNT) en los 80. Pero será a partir de la segunda mitad de los 60 cuando la labor de infiltración de agentes relacionados con las estructuras contrainsurgentes del Estado empiecen a dar resultados palpables. Uno de ellos era el agente secreto (y miembro de una logia "cubierta") Jacinto Guerrero Lucas. Lucas consiguió entrar en un núcleo anarquista clandestino de Madrid desde el cual tomó contacto con el exilio libertario en Francia, en el que llegó a formar parte de la DI (Defensa Interior), órgano que coordinaba la lucha libertaria antifranquista en el interior de España. Apoyándose en las Juventudes Libertarias, "el Peque" (tal era su alias) consiguió llevar valiosos militantes anarquistas a descabelladas estrategias armadas que acababan en la mayoría de los casos en la muerte de los mismos, pues Lucas informaba a las autoridades franquistas puntualmente de los movimientos de los libertarios. Igualmente, José Luis Espinosa Pardo se infiltró al movimiento libertario en los 70, para fomentar la formación de grupos armados (MIL, GARI). Pero el montaje policial contra la CNT más sonado ocurrió en Barcelona el 15 de enero del 78, cuando el agente provocador Joaquín Gambín Hernández (alias "el Grillo") incitó en medio de una manifestación convocada por CNT al lanzamiento de cócteles molotov contra la sala de fiestas "Scala". Tras este hecho se declaró un terrible incendio que trajo como consecuencia la muerte de cuatro trabajadores de dicha sala de fiestas, dos de ellos afiliados a la CNT. El asunto le supuso a la central anarcosindicalista un buen número de desafiliaciones además de una cruenta campaña de persecución política encabezada por Rodolfo Martín Villa, a la sazón ministro del Interior. Sólo con el paso de los años se llegó a descubrir que el incendio no fue provocado por los cócteles sino intencionadamente desde dentro de la sala cuyos propietarios (los hermanos Rivas) fueron generosamente indemnizados por la compañía aseguradora y que fue el señor Martín Villa el que ideó esta operación pagando a Gambín y a los propietarios del "Scala" con dinero procedente de los Fondos Reservados del Estado. Se castigaba así la solidez de principios de la CNT, única organización de masas que denunció la farsa de los Pactos de la Moncloa.»